¿Existen de verdad las señales? El destino quiere decirme algo. Veo cada día, varías veces al día ese autobús que cogía cada madrugada para verla. Hasta me subí en ese mismo autobús para ir desde mi destino a otro y me acordé de las largas horas de viaje cuando iba a verla. Ese día imaginé que volvía a verla, volver a mirarla a los ojos, volver a sonreír junto a ella. A veces uno tiene que ser fuerte y borrar su destino. No vale la pena seguir enamorado de alguien que te ha olvidado y que no te escribe, no le importas.